A medida que comenzamos nuestra exploración de la felicidad, es importante entender cómo definimos lo que es la felicidad.
Como muchas tradiciones de sabiduría oriental predican, existen dos tipos de felicidad:
Este tipo de felicidad es inherentemente fugaz porque depende de razones externas que pueden ser arrebatadas de nosotros en cualquier momento. A pesar de que tendemos a evitar pensar en ello, podemos perder nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestros ahorros, nuestra salud, y a nuestros seres queridos en cualquier momento. Estas son fuentes de felicidad temporales, fuentes externas de felicidad que vienen y van como una brisa pasajera.
Esta felicidad proviene de darnos cuenta de que nuestro verdadero ser no es nuestro cuerpo, pensamientos, emociones, personalidad, posesiones, logros, relaciones, ni cualquier otro atributo atado o vinculado al tiempo. Nuestra naturaleza esencial es conciencia pura, sin ataduras, también conocida como el campo de todas las posibilidades. Los atributos de este campo incluyen felicidad, amor, atemporalidad, compasión, creatividad, sabiduría, silencio, y gracia.
Igual que un amanecer radiante puede ocultarse detrás de las nubes, nuestra felicidad interna puede oscurecerse por una conciencia restringida, patrones de pensamiento limitantes y confusión emocional. Sin embargo, sin importar cuánto tiempo hayamos estado perdidos en el miedo y las limitaciones, podemos aprender a volar por encima de las nubes de nuestro condicionamiento y despertar a la felicidad que existe dentro de nosotros.